viernes, 21 de mayo de 2010
Esperando a Sofía, peut-être Antón.
Soplaba hacia el oeste un viento del este, con fuerza …, y toda la lentitud que requiere la prisa,
soplaba con fuerza sobre la superficie del té
en todas las tazas de todas las tardes,
se arremolinaba en la almohada
y alguna ráfaga alcanzaba velocidades impensables…., pero poseía toda la calma para no olvidar ni un solo rincón, dejaba aromas no conocidos, que propiciaban juegos de adivinanzas, las ensoñaciones hacían mella durante su paso, fulgores de azabache aparecían y desaparecían, y sonidos de campanillas cristalinas.
Durante algún instante de calma, un triste temor recorría la casa, y recordaba el viento,
que rápidamente arremetía con renovada energía,…. ráfagas de vida.
El viento conduce a juegos, juegos impensables, antes inimaginables
juegos de equilibrio entre el espacio, el tiempo,
la sonrisa, la calma
juegos que conducen a saltos
entre abismos de paciencia y paralelos…
sentimientos de premura,
juegos con los que adquirir maestría…
maestros que habitan dominios de la templanza.
La imposibilidad de dotar de un color preciso al viento, hace que los reflejos vistos a su paso dejen miríadas de luces
queriendo definir uno de estos reflejos, el viento nos invita a otro nuevo juego ya conocido…., los instantes se hacen de una densidad casi palpable, se siente la vida, el color del presente, el maravilloso azul habitable…, y ya no importa el rastro del viento, solo seguirle de cerca con toda la calma que requiere la vida.
Esperando a Sofía.
FelisabeatrizteijeiroR. (una de estas tardes)
soplaba con fuerza sobre la superficie del té
en todas las tazas de todas las tardes,
se arremolinaba en la almohada
y alguna ráfaga alcanzaba velocidades impensables…., pero poseía toda la calma para no olvidar ni un solo rincón, dejaba aromas no conocidos, que propiciaban juegos de adivinanzas, las ensoñaciones hacían mella durante su paso, fulgores de azabache aparecían y desaparecían, y sonidos de campanillas cristalinas.
Durante algún instante de calma, un triste temor recorría la casa, y recordaba el viento,
que rápidamente arremetía con renovada energía,…. ráfagas de vida.
El viento conduce a juegos, juegos impensables, antes inimaginables
juegos de equilibrio entre el espacio, el tiempo,
la sonrisa, la calma
juegos que conducen a saltos
entre abismos de paciencia y paralelos…
sentimientos de premura,
juegos con los que adquirir maestría…
maestros que habitan dominios de la templanza.
La imposibilidad de dotar de un color preciso al viento, hace que los reflejos vistos a su paso dejen miríadas de luces
queriendo definir uno de estos reflejos, el viento nos invita a otro nuevo juego ya conocido…., los instantes se hacen de una densidad casi palpable, se siente la vida, el color del presente, el maravilloso azul habitable…, y ya no importa el rastro del viento, solo seguirle de cerca con toda la calma que requiere la vida.
Esperando a Sofía.
FelisabeatrizteijeiroR. (una de estas tardes)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario