|
16 de febrero del 2012,
alguien, Alberto López,
cumplió un año más..
alguien me sugirió un regalo...
desde mi taller de manipulado
y con sus tacones en la cuerda en mi cabeza,
le he regalado una historia. |
Entre dos cumbres
donde suele habitar la pureza del blanco,
a esas alturas, pero más arriba...
Una mujer que transita
ató una cuerda entre dos azules
altísimos,
dos azules que habitan muy por encima de las cumbres más altas
donde ya no está la nieve.
Una mujer que transita
ató una cuerda en el azul
(no en las nubes)
Una mujer que transita
intentó anudar con seguras lazadas.
(dignas de vivir en cuentos)
Una mujer que transita
entrelazó la cuerda en las abisales alturas
charlando con la paciencia,
invitándola a tila.
(...nerviosa, los nudos quedarían débiles y podría romperse el frágil paseo de funambulistas,
ella sabía esto)
La cuerda requería al menos soportar pájaros,
pájaros que ya no vuelan
pájaros de barro
con redondas, hermosas y graves
piedrecillas,
ya habituales en sus vidas,
Los pájaros que visten piedras aún recuerdan las artes del vuelo.,
el arte de tirarse en picado...
y demás divertimentos.
Sí, la cuerda deberá sujetarles,
ya no vuelan,
pero son frágiles.
Si la cuerda se rompe...
se harán añicos.
Será una muerte más:
la muerte de hermosos pájaros
de barro
La mujer que transita
por este fino y angosto
hilo,
recuerda la música,
recuerda tardes repletas de sonidos
que eran suficientes para vivir,
...sabe que es posible perderse en un sonido,
ella
se escondió ahí en algún tiempo,
cuando aprendió a convertir horas en momentos
momentos,
plácidos, solitarios y sonoros.
(La ecuación es compleja, pero ella la conoce.)
La mujer que transita sonríe,
recuerda a Alicia cuando tomó del frasco
y fué "demasiado grande"
y "fué demasiado pequeña",
ella, que comió silencios
silencios,
tantos,
que fué difícil salir de aquella madriguera...
(¿salió?)
...Alicia ya lo ha contado,
ella la entiende,
Alicia explica muy bien la curiosidad,
los vericuetos de la vida
y como salir de cualquier agujero...
De aquellos silencios degustados,
quedan pájaros,
que no importa que no vuelen.
Nadie se atrevería a no llamarles pájaros.
La mujer que transita,
con su sabiduría de maga,
colgándolos ahí arriba
sabe que no necesitan volar
para vivir en el azul.
El hilo que une las dos cumbres,
ayuda a pasar encrucijadas pasadas y futuras...
(el presente debe ser funambuleado sin percatarse del hilo)
El hilo de las alturas,
ayuda a pasar de noches a días,
en paisajes inhóspitos,
fabricados muchos de ellos, en pasados...,
por algún rudo músico
que vive con fuertes corazas, y no sabe de peligros e interacciones
y huellas.
La mujer que transita,
ensimismada,
ha visto trocitos del hilo rojo,
que habita en el proverbio chino,
que suele estar enmarañado,
ve que todavía más arriba
hay más azul...
¿será posible colgar la cuerda más alto?
La mujer mira hacía abajo,
la gravedad le recuerda los papelitos chinos...
las avenidas llena de papelitos de colores revoloteando,
bailando entre las calles
(instantes de felicidad)
cayendo tan despacio como la nieve...
generando belleza.
La mujer que transita
sabe que ahí abajo hay vida,
vida hermosa,
colores,
sonidos...
se le ocurren
formas de tejer sonidos y colores,
.....puede tejer mantas disfrazadas de paisajes
mantas cantarinas...
La mujer que transita
encuentra
una solución que le permita vivir,
la solución será aprender algo más complicado,
será
poner tacones para el paseo entre las cumbres
(con delicados artes de la paciencia que conoce será posible)
Así
el elefante se pintará de carmín,
cual amapola bailando,
será un elefante sin miedo,
puede reir
podrá arrancar sonrisas
viviendo aquí abajo,
vestido de rojo
paseando por el azul.
felisabeatrizteijeiroR, marzo 2012
(poema.una mujer que transita....,en la cuerda un tacón)
|
ahí arriba 4 trocitos de hilo rojo,
que se encontraron... |
|
mis ensimismaciones con los colores, con mi China...
con la gravedad.... |
|
hermoso zapato,
rojo....algo.. |
|
Carmín, se llama este elefante,
yo creo que está disfrazado... |