Érase una vez un mundo sin Gaspar y sin blog ...............


Un hilo rojo, invisible, conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar, a pesar de las circunstancias; el hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca podrá romperse.

(Proverbio chino)


Blog inspirado con la llegada de nuestro gato Gaspar, el que ya forma parte de nuestra familia y esperará con nuestra aprendida paciencia a nuestra hija que vendrá de algún lugar en China.


El arte no reproduce lo visible, lo hace visible.
(tambien dijo que dibujar es "como sacar una línea a pasear")

Paul Klee.
(yo digo que pasear es muy necesario para las líneas, puntos y demás parientes...)



La vida es vida -- sea un gato, un perro o un humano. No hay diferencia entre un gato y un humano. La idea de la diferencia es una idea humana para provecho del hombre.

Sri Aurobindo (poeta y filósofo )





La persona que mata por diversión está anunciando que, de poder salir librado de eso, te mataría por diversión. Tu... vida puede no ser trascendente para nadie más pero es inestimable para ti porque es la única que tienes. Exactamente lo mismo es verdad para cada individuo, venado, liebre, conejo, zorro, pez, faisán y mariposa. Los humanos deberían disfutar su propia vida, no tomando otras.

Brigid Brophy (autor y escritor de teatro)



“Nuestra tarea debe ser ampliar nuestro círculo de compasión, para así incluir a todas las criaturas vivientes y a la naturaleza entera en su belleza. Por esa razón yo vivo sin comerme a los animales. Me siento muy bien así. Siempre me ha parecido que el hombre no nació para ser carnívoro. Nada beneficiará tanto a la salud humana e incrementará las probabilidades de supervivencia de la vida sobre el planeta Tierra como la evolución hacia una dieta vegetariana.”

Albert Einstein



LA VIOLENCIA (incluida la verbal, la más cotidiana, la violencia del que culpa sin razón, la del que riñe hasta que aburre) ES SIEMPRE UN ACTO DE DEBILIDAD Y LA OPERAN QUIENES SE SIENTEN PERDIDOS.
Paul Valéry



el magnífico cucurucho iluminando el espectacular negro donde habita...

el magnífico cucurucho iluminando el espectacular negro donde habita...
http://hombrequepinta.blogspot.com/2009/09/jano-munoz.html


viaje sobre el invierno...
....sobre contemplaciones:

Flying elephant nest. Digital Art by Beata Bieniak

- ¿Querría usted indicarme qué camino debo tomar para salir de aquí?

- Eso depende en gran medida del lugar a donde quiera ir- respondió el gato.

- No me preocupa mayormente el lugar... - dijo Alicia.

- En ese caso poco importa el camino - declaró el gato.

- ... con tal de llegar a alguna parte - añadió Alicia a modo de explicación.

-¡Oh! - dijo el gato.- Puede usted estar segura de llegar si camina durante un tiempo lo suficientemente largo.
Pregúntale a Alicia . Lewis Carroll


sábado, 18 de febrero de 2012

un retrato

Valença do miño, mayo 2003
un día de excesivo calor,
todo un pasado
que asoma a una mirada
la mía.
Miraba a Ernesto
él, entonces no entendía mi mirada.
(gracias Ernesto por esta foto, me entiendo, me recuerdo gracias a esta mirada)

2003 (año en que Ernesto aterriza en Compostela)
.un retrato,
del tiempo amontonado
                                     que ha fatigado,

 asomado a una mirada.


2012
A veces son necesarias palabras, muchas palabras para poder explicar el hastío,
 el a estas alturas que puedo hacer yo...,
 el no sé como hacerte entender....
...el artículo de Angeles Caso, explica con palabras muchas de mis actuales miradas:


Artículo publicado en La Vanguardia, escrito por la periodista Angeles Caso
Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.



Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo,  y los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.



Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.



Y ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.

También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.