martes, 15 de marzo de 2011
perplejidad absoluta
Lo más interesante fué ver a Gaspar cuando Lino entraba detrás de mí al salón, donde él estaba recostado en una alfombra: Como si estuviera conectado a una bombona de helio, Gaspar comenzó a inflarse y a crecer... y crecer... y crecer. Parecía querer abarcarlo todo, y lo mejor era que a Lino le daba igual! Las primeras horas fueron de pelos erizados, bufidos y miradas desafiantes, pero al ver que Lino no se intimidaba, pasó de la amenaza a la más absoluta perplejidad.
Y qué decir cuando Lino comenzó a jugar con sus ratoncitos y pelotitas y juguetes varios... Gaspar no daba crédito a lo que veía, no pestañeaba, no lo podía creer. Parecía mirarnos pidiendo confirmación de lo que estaba presenciando.
Creo que la foto refleja muy bién el momento.
De todos modos Gaspar le tiene un miedo terrible a Lino. A pesar de los bufidos y gruñidos, hay que decir que Gaspar nunca llegó a sacarle las uñas, ni una sola vez. De hecho, cuando Lino se queda dormido, con todo el sigilo que caracteriza a un gato, se acerca a Lino y lo estudia detenidamente, oliéndole el hocico, las puntas de las orejas, las patas... si Lino abre los ojos Gaspar vuelve a inflarse como un pez globo y escapa corriendo.
Hoy ya se han tocado los hocicos un par de veces, así que en cuestión de un par de días seguro que ya hay fotos de ellos dos durmiendo juntos.
Realmente somos muy afortunados de haber encontrado tan buenos criadores, tanto de Lino como de Gaspar.
Una vez que se reequilibre este reparto de poder,habrá que viajar a China, e introducir otro miembro a la familia, y dar otra patada al tablero del poder, porque habrá una Sofía o un Antón que se dedicará a jugar y cansar a ambos bichos por igual...
Pero todo a su tiempo.
Prometo más fotos pronto.
Ernesto
Y qué decir cuando Lino comenzó a jugar con sus ratoncitos y pelotitas y juguetes varios... Gaspar no daba crédito a lo que veía, no pestañeaba, no lo podía creer. Parecía mirarnos pidiendo confirmación de lo que estaba presenciando.
Creo que la foto refleja muy bién el momento.
De todos modos Gaspar le tiene un miedo terrible a Lino. A pesar de los bufidos y gruñidos, hay que decir que Gaspar nunca llegó a sacarle las uñas, ni una sola vez. De hecho, cuando Lino se queda dormido, con todo el sigilo que caracteriza a un gato, se acerca a Lino y lo estudia detenidamente, oliéndole el hocico, las puntas de las orejas, las patas... si Lino abre los ojos Gaspar vuelve a inflarse como un pez globo y escapa corriendo.
Hoy ya se han tocado los hocicos un par de veces, así que en cuestión de un par de días seguro que ya hay fotos de ellos dos durmiendo juntos.
Realmente somos muy afortunados de haber encontrado tan buenos criadores, tanto de Lino como de Gaspar.
Una vez que se reequilibre este reparto de poder,habrá que viajar a China, e introducir otro miembro a la familia, y dar otra patada al tablero del poder, porque habrá una Sofía o un Antón que se dedicará a jugar y cansar a ambos bichos por igual...
Pero todo a su tiempo.
Prometo más fotos pronto.
Ernesto
Suscribirse a:
Entradas (Atom)